El Serrallo

El barrio del Puerto tiene mucha personalidad, con el olor de mar, los restaurantes y el recuerdo de los trabajos antiguas y el dinamismo de las que se mantienen.

El alma marinera de la ciudad de Tarragona es bien visible en el Serrallo. El barrio del Puerto tiene una personalidad muy marcada, que ya se puede comprobar sólo de acceder pasando por el puente bajo la vía del tren, con un azul llamativo y las letras con el nombre del barrio, y admirando el gran mural, en una de las primeras fachadas que veréis, en homenaje a la mujer 'remendadoras', uno de los oficios desaparecidos ligados al barrio.

A partir de aquí, podéis pasear por la fachada marítima, ya sea al lado del mar, junto a las barcas de los pescadores, o cerca de la hilera de casas de la calle Trafalgar, donde hay algunos de los muchos restaurantes que atraen tanta gente en el barrio y que son una opción más que recomendable para comer o picar algo.

El renovado Pósit, la lonja, donde cada día se subasta el pescado, y la iglesia de San Pedro son algunos de los edificios emblemáticos del barrio. Podéis complementar la visita al Serrallo caminando por el Moll de Costa, donde están los tinglados, antiguos almacenes portuarios reconvertidos en equipamientos diversos, sobre todo culturales y sociales, y cotilleando los lujosos e inmensos yates que suelen estar anclados en Puerto Tarraco.