Cueva de la Taverna

Si los niños sienten curiosidad por la espeleología, la cueva de la Taverna, junto a embalse de Margalef, es un lugar ideal para introducirse en este mundo.

No presenta grandes dificultades, el recorrido dentro de la cueva está señalizado con flechas y no hay mucho desnivel. Tampoco se sufre mucho sensación de claustrofobia y hay zonas con escalones y cuerdas para facilitar la movilidad. Eso sí, es preferible no entrar cuando llueve o haya llovido mucho, ya que puede ser peligroso.

Es más que recomendable llevar linterna (la lámpara frontal es especialmente práctico), además de ropa y calzado cómodo. Dentro de la cueva hay pequeños lagos, que hacen que el trayecto sea misterioso y fascinante, y, si buscas bien, encontrará una pintura rupestre, supuestamente una cabeza de cabra.