Cascada de la Vall

La Cascada de la Vall es un lugar mágico con una frondosa vegetación de ribera, numerosas fuentes y diferentes arroyos. Está ubicada en Montblanc, pero la verdad es que está un poco escondida. Aquí nos pareció que estábamos muy, muy lejos de la capital de la Conca de Barberà.

Dónde aparcar el coche

Vamos en coche hasta la ermita de Sant Josep y aquí podemos aparcar. De esta manera acortamos el camino.

Comienza la aventura

Nuestra excursión arranca a la ermita de Sant Josep, ya que de esta manera adaptamos la ruta a nuestras necesidades. Si deseáis hacerla un poco más larga también podéis empezar desde Montblanc. El camino hasta la Cascada de la Vall pasa por la ermita de Sant Josep.

Para ir hacia la Vall seguiremos recto tal como hemos llegado pasando por una pequeña explanada con árboles que se utiliza como aparcamiento hasta encontrar el camino que pasa junto a una masía. El camino es ancho y llano. No debemos perder de vista las señales del GR.

Se llega a una bifurcación y se toma el camino ancho de la izquierda que baja fuerte pasando junto a los depósitos municipales de agua. Se ven unas casitas. Al final de la bajada, se ve un pilar de agua, monolito indicador de la tubería que lleva el agua de la Vall hasta Montblanc. Giramos a la derecha, el camino es una pista ancha que nos llevará hasta la entrada del valle.

Veremos otro indicador justo en un pequeño puente de piedra, es el camino hacia Rojals y que no tenemos que coger. Para ir hacia la cascada debemos continuar por el camino que seguíamos y en pocos metros traspasaremos un pequeño torrente. Lo cruzamos y justo después vemos un sendero a la izquierda, la cogeremos.

Pasaremos por el lado de las ruinas de un antiguo molino. Veréis que la gente se ha hecho paso por sobre las piedras caídas. Seguiremos el camino y encontraremos otra bifurcación, la de la derecha lleva a la Font de la Vall o de Jesús, el de la izquierda sube un poco y lleva a la llamada Cascada de la Vall con una pequeña caída de agua. Se pueden observar las formas que ha dejado el agua con el paso de los años.

Si las lluvias han sido escasas no habrá mucha agua, pero se puede seguir viendo la curiosa formación de las figuras de esta cascada.
No tenemos prisa por volver hacia Montblanc. Disfrutamos de este momento. Aprendemos a parar y paramos.

Podemos volver por el mismo camino.