Una fortificación en un parque
Montesquiu
Por un lado, conoceremos la historia de un edificio levantado por orden de Guifré el Pilós en el siglo IX y que ha sufrido, a lo largo de la historia, muchas modificaciones. La última, una vez adquirido por la Diputación de Barcelona, puso de relieve los testimonios arquitectónicos más significativos de los diversos períodos y le dejó listo para ser visitado.
Es especialmente recomendable el audiovisual titulado “Tiempo de historia y misterio”, que explica, de forma dramatizada, la historia del castillo a través de los fantasmas de los personajes más significativos que han tenido relación con ellos. Sin duda, un audiovisual muy ameno y pedagógico, y apto para toda la familia.
Y, por otra parte, ir al castillo de Montesquiu vale la pena por el entorno, puesto que se encuentra en medio de un parque amplio, con jardines y mucha vegetación.
De hecho, hay unas cuantas rutas señalizadas, ideales para realizar con sus hijos e hijas, como la ruta del bosque de pino silvestre, la de la fuente de la Codineta, la de la poza del Pla de l'Hort...
Todo ello, una forma muy completa de pasar un día en familia conociendo la historia de un castillo imponente y disfrutando del entorno natural.
Itinerario de los jardines del castillo de Montesquiu
El Itinerario de los jardines del Castillo de Montesquiu es llano y adaptado para personas con movilidad reducida. Va desde el aparcamiento hasta el mismo castillo y permite observar los alrededores de esta majestuosa edificación.
Con una extensión de 546 hectáreas, el Parc del Castell de Montesquiu (Parque del Castillo de Montesquiu) es uno de los más interesantes del territorio, ya que cuenta con una flora abundante y generosa y con una historia que lo hace característico.
Predominan especies como la encina, la carrasca, la aulaga o el tomillo, y lo pueblan varias especies de animales rapaces, conejos, ardillas, búhos y ranas. En el centro del parque se alza el majestuoso Castillo de Montesquiu, que fue la residencia de los señores del término de Besora.
Por los jardines que lo rodean transcurre este itinerario, muy llano, con barandillas a cada lado y con muy poca pendiente, de forma que es accesible a personas con movilidad reducida. Se trata de un trayecto de menos de un kilómetro que va desde la zona de aparcamiento hasta el castillo. La ruta permite observar los alrededores de esta edificación y valorar su situación elevada, en la comarca de Osona, donde predominan los terrenos llanos.
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