En Cataluña hay muchos pueblos de postal; muchísimos, pero tan sólo hay dos que tienen el sello de la marca "Los pueblos más bonitos de España". Uno es Beget, en el Ripollès, y el otro, Bagergue, en el término de Naut Aran, en el Valle de Aran.
Aunque estas etiquetas no nos gustan porque la lista de pueblos encantadores y encantadores en Catalunya es extensísima, si estáis de escapada con niños por el Valle de Aran, creemos que dar un paseo por Bagergue es casi obligatorio.
Un pequeño tesoro en la parte más alta de la comarca, que nos ofrecerá diferentes estampas dependiendo de la época del año en la que vayamos. La primavera, con flores cubriendo todos los balcones de madera, es especialmente recomendable, y todo un espectáculo para nuestros ojos. Pasearemos por sus rincones, respiraremos la atmósfera de calma y quietud y agradeceremos haber ido porque pensaremos que lo que tenemos delante no se parece en nada a nuestro pueblo o ciudad.
Aunque no seáis mucho de ir a iglesias, si estáis en Bagergue, vale la pena entrar en la iglesia de Sant Feliu, de origen románico; al museo etnológico del Eth Carreu, un espacio privado donde podremos ver más de 2.000 objetos relacionados con la vida cotidiana del Vall d'Aran, o a la ermita de Santa Margarida.