Un pozo de hielo, un antiguo molino y, sobre todo, los restos de un castillo
Calders
Una excursión fácil, entretenida y con patrimonio, en un entorno rodeado de montaña, es decir, perfecto para hacer en familia. Pasaremos entre campos y bosques, veremos testigos de trabajos relacionados con la vida rural, como un pozo de hielo y un antiguo molino; disfrutaremos de elementos naturales, sobre todo una cueva y una encina monumental, y lo remataremos en las ruinas de un castillo medieval.
Una excursión muy completa, no encontráis? Es circular, tiene unos 4 kilómetros, con poco más de 200 metros de desnivel.
La ruta empieza por las calles pausadas de Calders, pasando por la iglesia, la plaza Mayor y el ayuntamiento. Abandonaremos el núcleo por el camino de las Balsas Nuevas, justo donde veremos la interesante cruz de término de CalPere Moliner, y enseguida nos encontraremos entre campos de cultivo.
Después de cruzar la carretera, bajaremos hacia la riera de Calders, entre pinos y muros de piedra seca. No tardaremos a llegar al pozo de hielo y al molino del Castell, que merecen un buen vistazo. Siguiendo haciendo camino, la ruta ahora hace subida y nos lleva hasta el castillo de Calders, datado en el siglo X. Ya veréis que está medio en runas, pero se conservan partes de la torre de planta circular, de la muralla y de una capilla. Se encuentra sobre un cerro y buenas vistas del entorno. Después de deshacer unos metros el camino de subida en el castillo, continuaremos la ruta circular, cruzando el torrente de la Querosa, remontando las rocas de los Gitanos y pasando, antes de volver a entrar en el pueblo de Calders, por la cueva del Cargolaire y la impresionante encina de la Arola.