El Gironès con niños

El Gironès está muy marcado por su capital, una ciudad con un patrimonio muy rico, con monumentos espectaculares, con callejuelas por pasear y con parques donde respirar, pero hay muchas más cosas que ver en una comarca completa, ideal para una escapada con niños y que esconde alguna sorpresa.

En Girona necesita poca presentación, con la Catedral, el Call Jueu y, en general, el barrio viejo como principal atracción. Los palacios, los patios, los museos, las murallas y los jardines dotan a la parte antigua de la ciudad de gran personalidad, y hacen que moverse por sus calles estrechas y empedradas sea más que recomendable. Es una parte de la ciudad para caminar sin prisa, para aprender historia con sus hijos e hijas, para oír leyendas, para fijarse en todos los detalles y, en definitiva, para dejarse perder.

El apretado y la concentración de atractivos del centro tiene su complemento ideal en los diferentes parques que hay en la ciudad, ideales para disfrutar del aire libre, relajarse, realizar actividades físicas y, para los más pequeños, pasárselo en grande con las muchas áreas de juegos infantiles que encontrará. Muy utilizadas, estas zonas verdes suelen tener un gran ambiente, al igual que en las calles más comerciales de una ciudad con mucha historia pero también con mucha vida.

Más allá de su capital, el Gironès ofrece, sobre todo, mucha naturaleza. Ríos, gargantas, saltos de agua, bosques y campos de cultivo hacen de esta comarca un destino ideal, también, para las excursiones, siempre aptos para todas las edades. Su cima más alta, Rocacorba, ofrece unas vistas panorámicas muy completas y un antiguo santuario con una ubicación espectacular. La huella que han dejado trenes históricos, que pueden ser disfrutados por sus hijos subiendo sobre maquetas a escala, es otro de los atractivos de una comarca que, incluso, tiene volcanes.