Un día en el Puerto de Tarragona con niños

El barrio marinero de Tarragona se encuentra justo al lado de uno de los puertos marítimos más importantes del Mediterráneo, tiene una gran actividad gastronómica, cultural, asociativa, y económica centrada, principalmente, en la pesca y el mar desde muchos años.

Actualmente ir desde el centro de Tarragona hasta el Puerto caminando es mucho más fácil y rápido. Encontraréis una pasarela inaugurada en 2018, de 300 m lineales, que conecta el centro urbano de la ciudad con el mar (la playa del Miracle, el paseo marítimo del Miracle, el Puerto Deportivo y la zona lúdico del Puerto de Tarragona) en sólo 7 minutos y rompe con el impedimento histórico de las vías del tren para acceder.

En el Puerto también encontraréis muchas propuestas para disfrutar del tiempo libre en familia. Más allá de las actividades dirigidas a un público familiar, el Puerto de Tarragona y la zona del Serrallo es un lugar ideal para pasear sin prisa, observar los barcos y jugar a imaginar cúal de todos ellos os gustaría comprar para salir a navegar por el Mediterráneo .
El Puerto de Tarragona es también Villa Marinera, una distinción que otorga la Agencia de Turismo de Catalunya.

Un paseo por el Serrallo
Sólo poner los pies en la entrada del barrio, os encontréis la calle Trafalgar, el remodelado paseo emblemático del Serrallo, lleno de terrazas para sentarse y tomar el vermut al mediodía, comer, tomar algo o cenar por la noche.

En 2007, año de la inauguración de la renovación del paseo, también se inauguró un conjunto escultórico único y de primer orden de la prestigiosa escultora Béatrice Bizot en unas fuentes que se convierten en un espectáculo visual de luces de colores y agua cuando se hace de noche. Aquí podéis hacer una buena foto para colgar en Instagram.

En el centro del barrio, es obligatorio detenerse en la iglesia de San Pedro Apóstol de Tarragona, la iglesia del Serrallo. Está dedicada a San Pedro, patrón de los pescadores, y es un edificio de estilo neogótico. Se inauguró por la festividad de Todos los Santos de 1880 y desde entonces siempre se han celebrado ceremonias religiosas.

Un suquet, una romescada, un buen arroz de pescado ... Son algunos de los platos típicos de la cocina tradicional del barrio, que, sobre todo, huele y sabe de mar. La salsa por excelencia es el romesco, a base de pimientos secos escaldados, tomates y ajos asados, almendras y avellanas, aceite de oliva y un chorrito de vinagre. Los restauradores son herederos de esta cocina marinera que podéis encontrar en la mayoría de restaurantes del barrio.