Hacer cagar al Tió, una celebración muy peculiar
La tradición de "hacer cagar el tió" en Catalunya es una celebración muy peculiar. Cada Navidad las familias catalanas nos reunimos delante de un tronco y nos caga algún regalito, eso sí, previamente lo hemos alimentado e incluso, decorado. Unos días o semanas antes de Navidad, la hemos ido a buscar al bosque, y aquí empieza la magia de Navidad.
Lo cierto es que no se conoce con precisión el origen exacto de esta tradición de la cultura catalana, pero sí que se saben elementos históricos que pueden haber contribuido a la formación de esta tradición.
1¿Por qué alimentamos al Tió?
En las sociedades agrícolas antiguas, como la que existía en Catalunya, la fertilidad de la tierra era de gran calado. La tradición de "alimentar" el tió con comida, como cáscaras de nueces y frutas, podría ser un remanente de antiguos rituales de fertilidad que buscaban asegurar buenas cosechas en la temporada de invierno.
2¿Por qué el Tió “caga” regalos?
El Tió simboliza los regalos que nos da la tierra, las cosechas… Y las cosechas están relacionadas con los días y las estaciones. Durante los días de Navidad terminan los días cortos y la tierra se prepara para un nuevo cambio.
3¿Por qué golpeamos al Tió?
El tió en sí mismo es un tronco de madera, y en muchas culturas, los troncos de árboles tienen un significado simbólico como representantes de la naturaleza y la renovación. La tradición de golpear el tió con palos podría verse como un ritual para despertar la fuerza de la naturaleza en la época invernal.
4¿Por qué decoramos el Tió?
A medida que la tradición se desarrolló con el tiempo, se mezcló con elementos religiosos cristianos. El tió a menudo se adorna con un gorro rojo, similar al de Papá Noel, lo que sugiere una influencia cristiana posterior. La fecha en la que se celebra, la Nochebuena o el día de Navidad, también está relacionada con la Navidad cristiana.
5Y después de cagar… ¿qué hacemos con el Tió?
Se puede guardar para el próximo año, puede quemarse o reciclarse. En algunas regiones de Catalunya, después de que el tió ha "cagado" y ya no queda nada dentro, se quemaba como parte de la celebración. Esto simboliza la despedida de la festividad navideña y el fin de la temporada de invierno. Era habitual quemárselo en la hoguera de San Juan o bien, utilízarlo como leña para calentar la casa.
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